sábado, 29 de agosto de 2009

Con tensión, pero sin ansiedad !

Con tensión, pero sin ansiedad !

El miedo a los exámenes no es irracional, pero el tamaño de este miedo sí puede serlo. El reto de enfrentarse a una prueba en una situación en la que alguien se juega en mayor o menor medida su futuro requiere concentración máxima. Por tanto, cierto grado de tensión es positivo porque sirve para mantener activas las facultades intelectuales, físicas y emocionales, además de mejorar el rendimiento. El problema aparece cuando la tensión se convierte en ansiedad y la persona se deja vencer por la conciencia de que algo trascendente va a ocurrir y no tiene la seguridad de estar bien preparada. Se suceden pensamientos que cobran fuerza, como la posibilidad de que no se haga justicia, el temor a las reprimendas o al ridículo y el miedo a no conseguir las metas propuestas en el plazo previsto. Esta conciencia pasa a ocupar un primer plano en nuestra mente y desplaza incluso a los conocimientos cuyo dominio se debe probar. El examen se convierte así en un momento amenazante, que se vive antes, durante y después como algo insuperable y peligroso, y al que se otorga una importancia exagerada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario